Francisca Aguilera

«En medio de una familia llena de profesionales enfocados en las ciencias duras – médicos, odontólogos, ingenieros y más – nací yo, la socióloga y oveja negra oficial de entre seis hermanas. Desde pequeña decidí no conformarme con lo que otros podían esperar de mi, sino enfocar mi vida en la búsqueda de mi propio camino: un camino que me hiciera feliz. Fue así como empecé a saciar mi infinita curiosidad y ganas de aprender viajando y estudiando por distintos países. Tuve la inmensa fortuna de poder estudiar en Estados Unidos, Alemania y Suiza, donde conocí culturas maravillosas, profesores inspiradores y me acompañé de personas que hasta el día de hoy llenan mi corazón».
Adicta a la cafeína como nadie y fanática de los dulces y de la comida chatarra, nunca encajé bien en el saludable mundo del deporte y el ejercicio, por lo que me volqué al mundo de las palabras. Sea con un lápiz en la mano o sólo conversando, mi cabeza se mueve a mil por hora. Soy muy aguda en mis observaciones y, por lo mismo, siempre tengo algo que decir y, me caracterizó por encontrar las palabras correctas. Hay quienes hablarían de mi como una artista las palabras, otros podrían simplemente pensar que tengo un caso serio de verborrea, pero al final del día las personas que me rodean suelen buscarme cuando necesitan consuelo, consejo o incluso un momento de risa. Eso si, nunca he tenido muy claro si se ríen conmigo o de mi, no que importe… con tal de reír.
Si tuviese que resumir mi filosofía en una frase, citaría a Eduardo Galeano: “Si me caí es porque estaba caminando, y caminar vale la pena, aunque te caigas”.